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Johnny Depp, alcohol, deudas y juicios a imagen pública del actor sigue en sus horas más bajas.

  • Foto del escritor: Edilberto Álvarez
    Edilberto Álvarez
  • 30 ene 2018
  • 2 Min. de lectura

“El águila ha aterrizado” era el código secreto que utilizaba el equipo de la última película de Piratas del Caribe para anunciar que Johnny Depp, de 54 años, había llegado al setde rodaje. Antes de esa frase, sacada de película de espías, alguien, aparcado delante de la casa que el actor alquiló en Australia, había avisado de que el actor se había despertado, encendido una luz y puesto en marcha. Así, el equipo podía empezar a trabajar. Llegaron a elaborar este sistema después de días de esperarle, de no saber cuándo llegaría, si aparecería o cuándo se marcharía.

El rodaje tuvo lugar en la primera parte de 2015 y fue el primer anuncio de que Depp había recaído en la bebida y en un comportamiento caprichoso, similar al que le caracterizó en los años noventa cuando Kate Moss y él daban titulares e imágenes jugosas cada semana por los clubs y hoteles de medio mundo. Durante esos meses también, la prensa sensacionalista australiana le seguía por todas partes y empezaron los rumores de las peleas entre el actor y su entonces mujer Amber Heard.

Un año después llegaba la demanda de divorcio de Heard y sus acusaciones de maltrato. Seguidas por la denuncia que presentó contra sus asesores financieros y a la que ellos contestaron con un detallado informe de los gastos de Depp que cifraron en dos millones mensuales, incluyendo 30.000 en vino. Depp alegaba que sus malas prácticas profesionales casi le habían llevado a la bancarrota, y ellos que sus caprichos y despilfarros eran la causa de su situación económica a pesar de que en los últimos 13 años habría ganado más de 650 millones de dólares.

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Todo este terremoto personal venía acompañado de un fracaso tras otro en taquilla. El temor el pasado mayo era que la última entrega de Piratas del Caribe,esa que según fuentes del equipo rodó a desgana, con retrasos provocados por su recaída en el alcohol, perdiera también dinero. Y, aunque ha sido la segunda menos taquillera de la franquicia, por suerte para Johnny Depp fue un éxito global que recaudó 750 millones de dólares. Un respiro en la caída en picado de su popularidad y un alivio para la confianza que tienen puesta en él los estudios y sus admiradores.

Desde que el divorcio con Heard se hiciera oficial, Depp ha intentado mantener un perfil bajo. Sin embargo, esta semana volvía a levantar los rumores de su recaída en el alcohol cuando paseó aparentemente borracho en la alfombra roja del estreno de Asesinato en el Orient Express. Sus representantes lo niegan, y niegan que acudiera directo de una larga jornada de fiesta por Londres. Las imágenes del actor sostenido por su escolta dan otra idea y vuelven a levantar los fantasmas de las adicciones y de esa “etapa más oscura”, de la que él mismo ha hablado.

Fuente El País.

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